

Tatarabuelo, bisabuelo, abuelo, tíos y mi padre. Todos cabreros. Saltadores todos.
Quiero abrir
una grieta, una brecha por la que arrojar todos los prejuicios. Quiero aprender
a saltar. Lo voy a intentar…Han tenido que pasar más de veinte años para que,
con el aliento y la complicidad de “mi hermana”, me decidiera a aprender.
Gracias al
Tagoror Chiregua por la paciencia para enseñarme, para corregirme, por la
confianza, por la experiencia, por la oportunidad,…Mi reconocimiento por el
trabajo, el empeño, la constancia, el empeño,…por rescatar, mantener y difundir
tradiciones que forman parte de nuestra historia, de nuestra identidad.
María (“la
nueva”)
PD: Terminé
felizmente agotada y repleta de ganas de repetir.
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