Como cada domingo quedamos en el colectivo a las 9, hoy vuelvo a saltar con el curso después de algunas semanas de ausencia, hoy toca Anaga un lugar al que siempre es un lujo ir, y mucho mejor en tan buena compañía, hoy seremos un buen grupito. Vamos llegando a Taborno algunos preocupados por si la ruta es difícil y otros por si la subida va hacer dura. Comenzamos nuestra andadura camino al impresionante roque de Taborno, uno de nuestros compañeros no abandona pronto ya que solo ha ido a caminar y decide bajar hasta la playa por el camino que después subiremos para llegar de nuevos a los coches.
Nosotros seguimos avanzando hasta llegar al enorme dique que une el roque con el inicio del lomo por el que debemos bajar, la bajada es muy entretenida, hay para todos los gustos, saltos, bastoneos y para los más intrépidos hasta regatones muertos, es un lujo estar en un lugar como este, bajamos por el lomo más cerca del mar, donde podemos en todo momento viéndolo, los enormes paredones detrás de nosotros, caminar por diques, con las vistas al fondo de Taganana.
Y como bien pregunta Toño varias veces ¿Cuánta gente habrá pasado por aquí? Pues no creo que mucha en el fondo somos unos privilegiados. Decidimos bajar a la playa casi todo el grupo, donde parece que lo pasaron en grande practicando los regatones muertos, y es que chic@s ha avanzado mucho, tod@s.
Toca subir por palo hincado una subida preciosa, aunque un poco dura, pero la belleza del lugar la hace inigualable, escaleras perfectamente talladas en la piedra, paredes llenas de cuevas, altos de agua impresionante, cualquier lugar al que mires es perfecto. Cuando llegamos a Taborno nos encontramos con Domingo, saltador de la zona que siempre nos recibe muy bien, y les enseña a los alumnos sus lanzas y local.
Y de camino a casa como no, celebramos el día dando cuenta de una buena comida y brindando por el buen día. Gracias a todos lo pasé genial.
María José.