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miércoles, 7 de mayo de 2014

LA RESBALA / EL ANCÓN



Domingo, 04 de Mayo del 2.014.
El Valle de la Orotava.
Como en un sueño…
Después de demasiado tiempo (una eternidad), volví a sentirlo.
Estaba a punto de emprender una ruta de salto con los “chires”.
En este caso la ruta tiene comienzo a partir del mediodía, ya que se respetó el riguroso descanso que la fiesta de la cruz y sus fuegos pirotécnicos de Los Realejos se merece.
                                                      Después de armarse con las lanzas en el Tagoror,  arranca tremenda jurria dirección Pino alto, donde nos espera el querido Enrique en su lindo hogar para cargar las pilas y desde donde emprendemos la ruta, junto con Petri y Fran a la cabeza del colectivo además de la encantadora compañía de Goyo.
Ya, nada más empezar, se respira vivamente las ganas y emociones de l@s chic@s por adentrarse en el risco, algunos con entusiasmo, nervios, emoción, intriga, y otros incluso con “mono” por comenzar a disfrutar de este arte ancestral del cual estamos tan encariñados como lo es el salto del pastor.





Al inicio del descenso el grupo ya se va posicionando y marcan claramente las tendencias de cada uno de los saltadores, eso sí, todos agradecimos ese precioso pasaje tan aéreo como lo es el del canal del agua al cruzar el barranco de Humbolt aunque en esta ocasión apenas se pudo visitar las cuevas de Bencomo... y seguidito bajamos por la zona de la Resbala retando esos bastoneos de precisión, hasta poder descansar en el mirador de  Humbolt.


  

Nos desplazamos dando un agradable y nostálgico (en mi caso) paseo hasta el inicio de la bajada del ancón. Al comienzo de este tramo, ya te ubica  rápidamente  en el tipo de ruta que se trata, sobre todo en el ambiente aéreo que te propone. Avanzamos  rodeados de unas preciosas vistas y de una vegetación preciosa puramente risquera, todo un hermoso escenario acompañado de una parejita de cernícalos curiosos



Con la mítica parada en esa espectacular cueva y su puente roca recuperamos el aliento hasta terminar la ruta en la que pudimos disfrutar del detalle tan bonito por parte de una gran y querida amiga Caty, de recibirnos, en este enclave místico que es el Rincon en el atardecer.


  
 

Al final, eso sí, muy placenteramente, pudimos celebrar la exitosa ruta con unas ronditas en el San Diego.


Muchísimas Gracias a dot@s!
Y…
nos vemos en el risco!




 Pedro Lemes



 

                                 


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