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lunes, 16 de diciembre de 2013




  Paraíso Time

Cualquier cosa que te esté rondado por la cabeza, el salto te lo hace olvidar por unas horas: trabajo, preocupaciones, proyectos, comidas de empresa, regalos, etc. Los momentos que vivimos mientras bajamos el risco, pese a que hay que estar muy concentrados, te hacen desconectar y disfrutar verdaderamente de la tranquilidad. En esas horas no piensas en nada más, salvo en disfrutar de la naturaleza, de los paisajes, las vistas y de la buena gente, que bastante falta hace en la situación actual.



 
 Esta vez fuimos al Ancón, por el sendero que lleva hasta vista Paraíso, al famoso café que hay en cuesta de la villa. La subida nos dejó medio asfixiados, y con la excusa de sacar una foto, algunos parábamos a descansar un poco. Las cabras nos daban una calurosa bienvenida a nuestro paso al son de sus balidos, y los cabreros que a ellas pastoreaban nos saludaban y de paso preguntábamos por el tiempo, por si podría llover.

 La bajada fue espectacular,  ¡vaya vistas del valle!, de la costa, de los acantilados, del Puerto y sobre todo del inmenso mar a nuestro frente. Cada vez nos sentimos más cómodos  y seguros bastoneando, cambiando de mano para poco a poco acostumbrarnos y aumentar nuestra habilidad. Una vez más nuestros enseñantes de tan bonita práctica nos aguardaban en cada movimiento para cuidarnos.  Al llegar abajo, practicamos algunos saltos a pies juntos, desde distintas alturas, y parece que van saliendo muy, pero que  muy bien.  También practicamos saltos de banda y algunas otras habilidades.



De regreso a la sede del Tagoror decidimos  quién iba a ser nuestro BOTA DE ORO, quién tuvo el privilegio de caminar los últimos metros de ruta  descalzo, tal como lo hacían nuestros guanches.
Estaban deliciosos los dulces que después de la ruta comimos, deliciosos  no sólo por su sabor sino por el hecho de compartirlos.

 Por último me gustaría dar las gracias a todos por las experiencias compartidas, por las fotos, por esos diálogos y por ese buen carácter y cariño de todos los que acudimos y también de todos los que no pudieron venir.
   




 Guillermo.


  [El título es un juego de palabras, que puede  ser entendido como tiempo en el paraíso, o como risco paraíso, ya que, “time” es un vocablo de origen guanche  que se refiere a risco alto o acantilado.]





















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