Hasta no hace mucho aplacaba la sed de la tierra donde se cultivaba. Hoy da de beber a sedientos de cultura y tradición. Como otras muchas actividades y manifestaciones tradicionales, el inexorable devenir del tiempo impone la evolución. El estanque, imprescindible en otra época, no se resignó al ahogamiento en el anonimato y el olvido, aprovechó su “ventaja comparativa”: escaparate a la autopista del norte de Tenerife. De otras muchas maneras ha servido a la difusión cultural y de ocio, e incluso a la promoción de actividad económica. Desde hace unos días, gustoso, se puso al servicio del próximo encuentro de la Federación (Taoro 2010).
Parafraseando a otro Eduardo, el uruguayo (Galeano), estos “anónimos conquistadores de los soles que las noches esconden” renovaron el diseño del escaparate cultural que el estanque ofrece, saliendo hoy aquí del anonimato porque, sinceramente, nos apeteció darles un merecido reconocimiento. Eduardo, con su ausencia de arrogancia y “excesiva” modestia en su proceso creativo, nos dejó boquiabiertos. Son, tal vez, cualidades poco frecuentes entre los creadores, pero es que su caso no necesita alardes. Sospechamos que nos tiene preparada alguna sorpresa mas para el Encuentro. Seguro que todos/as la disfrutaremos. Pero… ¡métanle presión!
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