Las inmediaciones de la playa de
Los Roques se han convertido en los últimos años en uno de los lugares donde
podemos practicar el brinco con seguridad. Nos gusta este lugar, no sólo por la
belleza del entorno, sino porque allí nos encontramos con muros más altos que
entrañan más dificultad y que permiten al alumnado
progresar en su aprendizaje y por consiguiente nuevas sensaciones. Están dispuestos
de tal forma que nos permite brincar con continuidad, saltos y bastoneos se van
combinando, característica que nos aproxima a la realidad que más tarde
encontraremos en el risco.
Iniciamos el día con el calentamiento habitual
para posteriormente introducir los juegos que entretenían y divertían a los
pastores: el garabato, el levantamiento de la lanza y la vuelta del pastor.
Algunos salieron mejor que otros pero no hay que preocuparse que ya repetiremos.
Todos pusieron empeño en practicarlos y eso nos satisface, da gusto ver el
esfuerzo por aprender.


Cada vez
más cerca del risco, ánimo !!!
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