Esta historia relata como una guerrera guanche luchaba por
conservar las tradiciones de su tierra canaria ante un mundo moderno plagado de
costumbres extranjeras.
Mientras sin
remedio veía como parte de costumbres desaparecían, ella buscaba quien podía
ayudarla a conseguir su objetivo. Un buen día escuchó hablar de un colectivo
llamado Tagoror Chiregua cuya misión era enseñar a la gente a practicar el
salto del pastor, unas costumbres que utilizaban sus antepasados guanches para
trasladarse por sus tierras por medio de
los barrancos con una gran lanza. Ésta lanza era como parte de ellos, de hecho
está empezando a aprender que tiene que depositar toda su confianza en la lanza
porque con ella debes saltar grandes muros. De momento su experiencia está
siendo fructífera aunque debe perder su miedo, porque por su camino le espera
sitios muy bonitos pero complicados.
No saben los satisfactorio que es para ella cuando ve que cada Sábado un grupo de gente muy ilusionada por seguir evolucionando en ésta práctica, y cuando finalizan derrotados pero con una sonrisa en la boca, se reúnen para echarse unas cervecitas para unos, y otros refrigerios para otros, compartiendo opiniones, consejos y sobre todo muchas risas.
Quiero
agradecer a éste colectivo porque gracias a todos ellos se sigue practicando y
conservando una costumbre muy autóctona, y si me lo permiten también quiero
mencionar a otro colectivo llamado Red Taknara porque al igual que Tagoror
Chiregua su objetivo es seguir conservando todas nuestras costumbres.
VANE
DÍAZ
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