Que
rico es cuando llegas el sábado a la escuelita y sientes que hay “hambre” de
saltar en el grupo. Esta tarde, según llegaban, y pasaban a formar parte de la
charla cotidiana, el comentario del tiempo, ante las previsiones, parecían
dibujar un rato ante el televisor, de aprendizaje pasivo del salto. Pero,
mientras fluía la conversación, los rabillos de los ojos miraban al cielo, y
debió ser tanta la suma de ganas de Kevin, Coral, Lourdes, Pedro, Laura, Garoé, Javi,
Guille,…¡chacho! ¡cuanta energía!..y la diosa Tierra decidió descansar un
ratito en sus riegos.
Salió rauda la serpiente de saltadores ; hoy , un pequeño espacio algo agreste, un tramo del barranco de bajada a Los Patos, bastó para que las ganas fluyeran : hay donde jugar a hacer un pies juntos, allí alguien prueba con los saltos a banda, por aquí un lado a lado…la tarde se nos pasó volando, tarde intensa de repetir gestos, ganando confianza y depurando estilo ( a la primera..ahí va… a la segunda..podría ser un poco mejor…a la tercera…¡si!! ) . Confianza porque somos capaces.
Al
caer la noche disfrutamos, ahora sí, de las imágenes, del legado que hay que
conocer para entender lo que hacemos, otra manera más pegada a la tierra de ver
este mundo. Y como regalo final (¡cuantos momentos en una simple tarde!),
comprobar, una vez más, como Toñito es un artista haciendo lanzas, y sobre
todo, un artista transmitiéndolo (gracias amigo )
P.D.
el monitor promete no volver a poner un tendedero a la entrada del local,
porque como agarre otra mojada como la de hoy, veo al grupo yendo a la
Candelaria a hacerle la visita...pero ¿quién deja de venir a saltar con el
ambiente que hay?
Enrique
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