Aún recuerdo cuando era niña y andaba por las veredas de Rojas, Las Breñas y El Clavo. Ahora voy dando saltos por estos senderos, antaño caminos que nuestros antepasados seguían para llegar a la costa.
Empezamos la tarde en el sendero que nos llevará hasta Rojas. Entre bastoneo y saltos vamos descendiendo por la ladera, que nos deja ver una estampa única con vistas de la costa norte, pasando por el Teide hasta llegar a Teno.
Por el camino, vemos antiguas cuevas que usaban los cabreros para su resguardo, conservados laperos y hasta encontramos restos de cerámica de nuestros antepasados los guanches.
Por la ladera, la naturaleza se abre camino y pasamos algún mal rato entre Cornicales y Tasaigos que se enredan en las botas y nos hacen tambalear.
Cuando llegamos a la costa, entre salto y salto, disfrutamos de una maravillosa puesta de sol que nos indica el fin del día y de otro buen rato de saltos.
Cae la noche y emprendemos el camino de vuelta y, aunque cansados, con ganas de volver a reunirnos para disfrutar de otra tarde y ver que sorpresa nos aguarda para la próxima semana.
(Rosi)
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