Eran las 9:00 de la mañana, cuando el colectivo Tagoror Chiregua se
presentó en El Rincón para partir hacia la ruta. Sacamos, limpiamos y echamos sebo
a las lanzas, aunque alguno se equivocó de lanza… jeje, y partimos hacia
nuestro objetivo: “El Sombrero de Chasna”.
Hora y media de camino en el coche y por fin llegamos pero nos faltaba aún
otra hora de caminata. Cuando llegamos arriba, a la cima, nos esperaba el Gran
Padre. Una vista impresionante de todo el Llano de Ucanca con el Pico Viejo y
El Teide al fondo. Nos sacamos fotos y almorzamos. El mismo ritual de siempre,
Petri ofreciendo avellanas, Fran higos pasados, etc.
Nos enteramos gracias a Ruso y a un mapa de las islas Canarias que la mayor
producción de dátiles en la isla estaba en Teno… Continuamos nuestro camino
pero antes de bajar Petri y Yedra se sacaron
de la chistera o en este caso de un zurrón, un antiguo ritual. Nos
pusimos todos en círculos y como antiguos bereberes empezamos a danzar en un
entorno único e irrepetible “No hay betún, No hay betún…”
Ya dentro del cauce del barranco, empezamos a descender como pastores
adaptándonos al entorno. Descubrimos saltos de varios tipos: bastoneos, regatones
muertos, lado a lado, etc., hasta llegar a un lugar único, descubierto por el
gran “rutólogo” Cecilio. Nos adentramos en una galería de agua, nos
quitamos las botas y descubrimos unos chorros de agua naturales que caían filtrándose
por la roca. Dejándonos llevar por el cauce del barranco y por la compañía de nuestras
amigas Loba y Lila, llegamos al final de un día lleno de anécdotas, aventuras y
sobre todo mucha tradición canaria:
100% puro pastor
Ruso
y Jorge, amiguitos de Petri y de Juan que a su vez son amiguitos de un pastor
de Teno y a su vez es amiguito del risco.
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