De camino hacia el colectivo nos esperaba una clase magistral de elaboración de sebo, utilizado para engrasar la lanza. Fue interesantísimo el momento en el que tanto los ‘profes’ Toño y Juan, así como los/as compañeros/as allí presentes se nos arrugaba el rostro mientras escogíamos la grasa para cocinarla. El procedimiento fue sencillo y tradicional: se prende fuego a un sartén wok, se añade el sebo a fuego lento y a su vez se remueve, y la grasa que se obtiene con la cocción se filtra con un paño hacia un envase, dando lugar al sebo resultante. Esta vez añadimos orégano para aromatizar el sebo y lo dejamos enfriar. ¡¡El olor es indescriptible!!
Sin embargo, las sensaciones, la adrenalina, el aprendizaje continuo y la constancia que el colectivo tiene con el Salto del Pastor son lo que más se percibe en el ambiente y lo que nos invita cada fin de semana a volver.
Esperando verles el domingo, me despido con un fuerte abrazo para todos.
Bundi
Gracias Bundi, el sábado podrás probar el sebo que tanto trabajo nos dio, jejeje
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